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Concurso de ideas Lighthouse Sea Hotel

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Concurso de ideas Lighthouse Sea Hotel

Con nuestra propuesta proponemos recuperar la noción del viaje como medio de conocimiento, o de autoconocimiento. Si, como escribió Albert Camus “el viaje nos devuelve a nosotros mismos”, esa idea es posible solo desde la aprehensión de lo diverso. Lo cercano, así, solo puede ser entendido desde la lejanía, desde el diálogo con “lo otro” y para ello se hace necesario entender bien el lugar que se visita con todas sus peculiaridades.

Así, con el fin de captar la singular identidad del paisaje del emplazamiento del Faro de Morro di Porco, nuestra intervención trata de establecer una relación más intensa con el territorio a través de dos mecanismos básicos: el recorrido y la contemplación. Entendida así, nuestra propuesta consiste en una serie de trazas en el paisaje, recorridos a lo largo de los cuales se suceden diferentes momentos: un mirador, una plataforma para el baño, restaurante, la terraza del bar frente al faro, una serie de piezas para habitar y contemplar el lugar.

Por otro lado, nuestra intención era minimizar la huella de la construcción, proponiendo una intervención mínima que conserve y resalte la estructura y la fisionomía del territorio. Así, tanto la línea quebrada del camino - que se adapta a la topografía y a diferentes accidentes geográficos -, como las simples y geométricas construcciones de pequeñas piezas de residencia, dispersas a lo largo de éste, resaltan la naturaleza del emplazamiento contrastando con su geometría orgánica.

Para las construcciones, proponemos la fragilidad y ligereza de piezas de madera, frente a la inmensidad atemporal del lugar. Frente a la compacidad y la masa proponemos una dispersión concentrada. Frente a la sinuosidad de las formas naturales – geometrías simples.

Los módulos de vivienda están concebidos como lugar de observación y retiro. Construcciones mínimas que van de vivienda individual a un máximo de dos viviendas por módulo para dotarlas de una mayor privacidad. Todas con vistas al mar variando la orientación de sureste a suroeste. Para la protección solar y para producir una atmosfera más íntima, en las terrazas se disponen pérgolas de madera.